Prestar dinero a familiares o amigos puede parecer un gesto noble, pero también es una fuente frecuente de conflictos personales. Muchas veces se genera incomodidad al cobrar lo prestado, e incluso puede romper relaciones cercanas. Por eso es fundamental establecer límites claros desde el inicio.
Establece fechas y formaliza con una firma
Una fecha de pago concreta y un documento firmado pueden marcar una gran diferencia. No es exagerado pedir una firma como compromiso de pago, ya que brinda seriedad y evita malos entendidos. Dejar todo por escrito ayuda a ambas partes a tener claridad.
Conoce la situación financiera del deudor
Antes de hacer un préstamo, infórmate sobre la capacidad económica de quien solicita el dinero. Así como los bancos analizan a sus clientes, tú también debes evaluar si esa persona podrá devolverte lo que le prestaste. Esto evita posibles incumplimientos o sorpresas desagradables.
Protege tu dinero con garantías
Si el monto es significativo, puedes solicitar una garantía como respaldo: puede ser desde una cuenta de ahorro hasta el título de un auto. No se trata de desconfiar, sino de evitar pérdidas si el pago no se concreta. Lo importante es que la negociación sea justa para ambas partes.
