Cuando se habla de ahorro, muchas personas piensan que es imposible porque sus ingresos son bajos o la quincena es insuficiente. Sin embargo, lo cierto es que cualquier persona puede ahorrar si realiza un presupuesto adecuado y controla sus gastos innecesarios. La clave está en la disciplina y en tener claros los objetivos financieros.
Opción fija: ahorra una cantidad mensual sin excusas
La primera opción consiste en separar una cantidad fija al inicio del mes, recomendablemente el 20% del sueldo, aunque puede adaptarse. Este método funciona bien para quienes tienen ingresos constantes, como sueldos mensuales. Separar el dinero apenas se recibe evita gastarlo y permite que el ahorro crezca con el tiempo.
Ahorro proporcional: ideal si tus ingresos son variables
Cuando los ingresos no son iguales cada mes, como en el caso de trabajadores por comisión o con honorarios independientes, lo mejor es ahorrar un porcentaje en lugar de una cantidad fija. Este método permite mantener el hábito de ahorrar sin presión financiera y se ajusta a la realidad de cada ingreso recibido.
Ahorro con meta: enfócate en un objetivo concreto
La tercera forma es ahorrar con una meta clara y una fecha límite, lo que permite calcular cuánto se debe ahorrar mensualmente. Este enfoque funciona bien para alcanzar objetivos específicos como un viaje, un auto o una compra importante. La motivación personal acelera el proceso y refuerza el compromiso.